lunes, 3 de octubre de 2011

NEGRO VIVIR...

Los colores de la montaña es una película que presenta claramente la verdadera realidad a la que se ha visto sometida la población rural, una realidad que sobrepasa los límites de lo indigno. Vemos en ella cómo la vida de los personajes se ve mediada por la violencia de grupos al margen de la ley, cómo sus acciones obedecen de cierta forma a los intereses de estos grupos que buscan con las armas imponer su mando y atacar un sistema que no les brinda una vida más digna, un sistema falto de oportunidades. Pero lo importante aquí es observar que unos subsistemas son los que sufren directamente las consecuencias de las acciones de estos grupos. Subsistemas como la escuela, el hogar, el lugar de recreación, entre otros; ven interrumpido su quehacer de manera absurda. La consigna d los guerrilleros, por ejemplo, dicta: "El pueblo con las armas, vencer o morir" como si los habitantes del campo no tuvieran otra elección que unirse a una guerra y así versen obligados a dejar sus intereses, propósitos, proyectos de vida, etc. Si nos detenemos a analizar el sistema educativo de la población que presenta el filme notamos que la violencia, si bien es un problema aquejante, no es el único, pues la falta de recursos para que los niños  posean una buena educación es bastante mísera. Los niños no solo no pueden adquirir el material necesario para llevar a cabo los objetivos de los cursos, sino que no tienen muchas veces un vestuario adecuado y digno para dirigirse a las aulas. Ahora, el peligro al que se ve expuestos mientras van camino al salón o  mientras juegan, al tener la posibilidad de tropezar con una mina quiebrapata es otro rasgo más que muestra lo triste de sus vidas. Esto quiere decir que la felicidad de un niño al ver su pelota y a sus amigos pierde su razón de ser, algo que es totalmente desgarrador y que pesa en tanto se vive del miedo, porque se siente el temor de morir en cualquier momento. Uno puede inferir de la película que tristemente el conocimiento no pertenece a la población rural y que si bien hoy se habla de docencia en el campo, es algo bastante discutible. Solo quienes habitan lo urbano en mayor medida, pueden aspirar a una educación como eje central. Finalmente me parece verídica la frase que aparece en la pared de la escuela al final de la película: "Escuela, territorio de paz".

Daniel Gómez Ayala.

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