miércoles, 10 de noviembre de 2010

PÁGINAS SOBRE GESTIÓN CULTURAL

Subo algunos links sobre gestión cultural:

1) http://www.gestioncultural.org/gc/
Quizá es el más importante, tiene conexiones e información sobre la gestión cultural en iberoamérica.

2) http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001386/138686s.pdf
Un PDF de la UNESCO donde están los contactos e información sobre la gestión cultural en iberoamérica.

Espero los disfruten y les sean de gran ayuda en caso de buscar ayudas internacionales para los proyectos.

Jesús Eduardo Domínguez V.

domingo, 8 de agosto de 2010

La ficción

Una cantera inagotable de ficción

FIETTA JARQUE 07/08/2010



Historiadores y escritores a partes iguales desconfían del fenómeno comercial de la novela histórica. Pero están de acuerdo en que la calidad en la escritura y el rigor deben ser lo esencial

Parece como si el deseo de viajar en el tiempo se viera hoy satisfecho simplemente a través de la ficción. Pero una ficción que recree al detalle la forma de vivir de otras épocas y en proximidad de personajes históricos en momentos determinantes de la aventura de su vida. El fenómeno de la novela histórica se mantiene al más alto nivel en España desde hace más de una década. Las mesas de novedades de este género no dejan de renovarse con obras de autores que se inician en la ficción amarrados fuertemente al andamiaje de la historia. Una afición que se extiende también a las series de televisión (Roma, Águila Roja, Los Tudor, Espartaco, sangre y arena, por citar algunos ejemplos). Y que cuenta con apasionados foros de aficionados como hislibris.com. Es una moda, ciertamente, y revisando o leyendo muchos de esos libros es evidente que la calidad de la escritura suele ser baja, mediocre. Pero hay algunas cosas en las que todos están de acuerdo.

"Historiadores y novelistas son como dos coches que se cruzan en la carretera en direcciones contrarias", dice Almudena Grandes

"En las librerías se encuentran muchas novelas históricas, entre las que hay buenas, malas y regulares. Esa mescolanza crea cierta prevención. Es algo que sucede también en otros géneros como la novela negra o la romántica, por eso me parece injusto que se considere todo un género como el histórico dentro del mismo prejuicio", reclama Santiago Posteguillo, quien no tiene inconveniente en que sus obras sean consideradas novela histórica, "siempre que se mantenga el sintagma de que el sustantivo es novela y el adjetivo es histórica", subraya este lingüista, autor de la trilogía de Escipión (Ediciones B). "Es esencial que la novela tenga una buena tensión dramática y un nivel de historicidad razonable", apunta. "No cabe duda de que la novela histórica cumple un papel de divulgación. Por eso es algo que los historiadores no deberían criticar, nosotros rellenamos un espacio para el conocimiento que muchos de ellos no practican".

El medievalista José Enrique Ruiz Domènec reconoce que lee más novela histórica de lo habitual en su profesión. "Últimamente hay mucho interés entre los historiadores por lo que se llama 'otros modos de comunicación del pasado", explica. Esos modos pasan por la ficción o simplemente por el estilo narrativo. "La afición por la historia despertó en Francia a mediados de los años setenta, cuando se empezaron a publicar y demandar libros de historia de uso colectivo. Incluso los historiadores más serios y prestigiosos (como Hobsbawm o Duby) se prestaron a ello llevados por su compromiso con la sociedad, y se convirtió en un fenómeno editorial. Eso los llevó a refinar y mejorar su escritura", apunta Ruiz Domènec. "Ese es el drama español. Todavía hay un divorcio entre los académicos y los divulgadores. Ese vacío en España lo ocupa la novela histórica".

"En la explosión de este fenómeno hay un antes y un después de El nombre de la rosa", señala Ruiz Domènec. "Eco la escribió cuando estaba en la cúspide y era el gurú universitario. Había educado conceptualmente a toda una generación cuando consideró que la mejor manera de acercarse a un público más amplio podría ser mediante un thriller como aquel. Una novela que tenía mucho de la novela negra de los años treinta y cuarenta, pero que servía para entender lo que sucedió en la Italia del siglo IV, como una metáfora política del siglo XX. Hay novelistas extraordinarios que han abordado la historia, desde Cortázar y García Márquez hasta Vargas Llosa y Pérez Reverte. Este último se documenta profundamente y usa esos elementos correctamente en su construcción de la novela. Yo recomiendo mucho Un día de cólera (Alfaguara) sobre el 2 de mayo a mis alumnos. (Posteriormente ha publicado otra, El asedio). En la microhistoria la novela se crece en el detalle".

Entre dramas de romanos, manuscritos medievales y biografías noveladas hay un periodo histórico que en España ha generado en los últimos años muchas recreaciones que mezclan ficción y realidad: la Guerra Civil. Después de terminar El corazón helado, ambientada en esta contienda bélica, Almudena Grandes se ha embarcado en un proyecto de seis novelas ambientadas en la posguerra. La primera, Inés y la alegría (Tusquets), está a punto de aparecer. "Como la mayoría, yo creía que sabía mucho sobre la Guerra Civil, pero cuando estaba escribiendo Corazón helado me di cuenta de que no sabía nada", admite. La escritora hizo la carrera de Historia con especialidad en Prehistoria, aunque nunca pensó que volvería a ella. "Lo de estudiar Contemporánea me parecía una vulgaridad", recuerda. Pero la vida -y la literatura aún más- discurre por extraños caminos. Sus modelos para este proyecto son los Episodios nacionales, de Pérez Galdós, y también las seis novelas de El laberinto mágico, de Max Aub. "Mis seis novelas transcurren en el marco histórico de la posguerra. Los personajes reales interactúan con los míos. Al ir investigando se me despertó una tremenda avidez por la historia. Es otro mundo, como estudiar otro idioma".

La relación entre novela e historia, según Grandes, debe guardar tantas "lealtades como libertades". "Al no haber una versión oficial de la historia me formo mis propias hipótesis", dice. "Cuando escribes novelas se deben respetar ciertas coyunturas. Hay que ser leal con los hechos, mantener ese cordón umbilical, porque lo contrario es fraude. Lo que el novelista hace es interpretar, no inventar".

"Yo me llevo muy bien con los historiadores, me nutro de ellos", reconoce. "Aunque también puedo ser audaz. La historia de la Guerra Civil sigue estando en construcción. Se asentaba en los libros de los anglosajones y los franceses, pero ahora los historiadores de mi generación la han tomado por los cuernos y están escribiendo libros muy importantes. Las interpretaciones están cambiando", afirma. "Los historiadores y los novelistas son como dos coches que se cruzan en la carretera en direcciones contrarias".

Según Ruiz Domenec la novela histórica actual tiene auge porque hay muchas más y mejores formas de documentarse. "Hoy se hace mejor historia que antes", subraya. "Se han publicado muchos estudios excelentes en las últimas décadas, muchos más que en épocas anteriores. Por eso y por otras razones, la historia es la cantera de la novela".

La ministra


Al cierre de su gestión como Ministra de Cultura

‘Comprendí que no somos irremediablemente diferentes’

Por: Sara Araújo Castro

Paula Moreno entrega el Ministerio con una nueva dirección que trabaja exclusivamente por las poblaciones. Además de un énfasis en el desarrollo de industrias culturales.
Paula Marcela Moreno viajará a realizar un doctorado en desarrollo y cultura.

A su salida del Ministerio de Cultura, la que fue una de las mujeres más jóvenes en ocupar una cartera ministerial y la primera afrocolombiana con un cargo de este nivel hace un balance no sólo de lo que deja (en realidad lo de ella son más los procesos que los resultados, o más ajustado a su forma de verlo: los procesos como resultado) sino de lo que empieza tras una gestión que le apuntó con claridad a integrar las culturas que habitan el territorio colombiano para que sean representativas de todos y no sólo de las minorías.

“No recuerdo quién, pero alguien me hizo notar la carga simbólica que tenía que una mujer afrocolombiana liderara una parte de las conmemoraciones del Bicentenario, pues ni las mujeres ni los descendientes de africanos tenían representatividad hace 200 años. De eso se trata el reconocimiento del otro desde la cultura, precisamente que una mujer pueda representar no sólo a su pequeño grupo étnico o a su minoría, sino a todos, pues la diferencia no es irremediable. Este fue el enfoque con el que trabajamos desde el Ministerio de Cultura”, explica Paula Marcela Moreno, quien mañana entrega la cartera que recibió en 2007.

“Eso sí —enfatiza—, soy hija adoptiva de medio Boyacá y del Huila, donde las comunidades negras no son las más representativas, porque trabajé por todos los temas y todas las poblaciones. Claramente que quedan cosas pendientes”. En esa línea, del trabajo por hacer, además de la cobertura del programa de Bandas y del desarrollo del Plan Nacional de Teatro, que todavía no está listo, lo que Moreno considera como el principal asunto pendiente es la articulación de las diferentes áreas culturales en lo urbano, es decir, la construcción de espacios culturales complejos en las ciudades y municipios. Así como también una convicción desde lo público de que la posibilidad de la reconciliación y la paz pasan por la cultura. “A lo largo de estos tres años entendí que la cultura es la infraestructura espiritual sobre la que estamos parados como personas y como sociedad. En ese sentido, la posibilidad de reconstruirnos pasa necesariamente por lo cultural”.

En este ejercicio defendió la realización de un gran concierto para conmemorar la fecha nacional, que muchos criticaron como una actividad vana y más mediática que de fondo. “No se trataba de mí, sino de los artistas que han trabajado, de las bandas que llevan meses ensayando y del reconocimiento de identidad que nace de que una población vea a sus artistas y a sus ciudadanos sobre una tarima. ¿Por qué la fiesta de la música en Francia resulta una actividad cultural de profunda envergadura y el Gran Concierto un acto de espectáculo?”, se pregunta esta funcionaria que recibió críticas porque algunos vieron su paso por el Ministerio como un ejercicio de eventos y actividades más propias de un instituto que de un ministerio rector de políticas.
Ella se defiende argumentando que además de eventos se sacaron adelante importantes iniciativas legislativas en materia de lenguas nativas, de patrimonio y de bibliotecas.

Que proyectos como Laso (Laboratorios Sociales de Cultura y Emprendimiento) permiten crear no sólo en la juventud una inquietud sino que genera multiplicadores que podrán transmitir los saberes adquiridos, e invita a todos los interesados a mirar el compendio de 26 políticas culturales que recoge lo que se ha hecho en la materia a lo largo de los años. “Me gusta la crítica documentada, no los juegos de palabras que resultan despectivos y descalifican. Al final, las personas siempre pasamos”.

lunes, 26 de julio de 2010

itulo nnnn



Las luces del teatro están prendidas
EL TEATRO TIENE sus sorpresas, desde la obra y hasta el público. Salas llenas, otras no tanto, aplausos o no. El teatro, como un juego de amor y estrategia.

Medellín Publicado el 26 de julio de 2010